Ferrovial, la multinacional de construcción e infraestructuras, no ha pagado nada por el Impuesto sobre Sociedades desde 2020 en España, el año en que reventó la pandemia de coronavirus, conforme figura en sus cuentas anuales depositadas en el Registro Mercantil. No es una situación especial para el conjunto que preside Rafael del Pino: Ferrovial solo ha tenido que abonar el impuesto sobre beneficios en tres ejercicios a lo largo de la última década, conforme se desprende de las cuentas anuales consolidadas de la matriz del conjunto y confirman dos fuentes oficiales. Desde 2010 solo ha tributado por este impuesto sobre las ganancias a lo largo de los años dos mil catorce, dos mil dieciocho y dos mil diecinueve. El resto de ejercicios se ha librado de abonar al registrar pérdidas en España y aplicarse créditos fiscales (una deducción que rebaja la factura con el fisco). Veteranos inspectores de Hacienda recuerdan que en algunos seminarios de tributación se pone como un ejemplo a Ferrovial y a la familia Del Pino para ilustrar de qué forma funciona la ingeniería fiscal y financiera para reducir al mínimo el pago de impuestos.
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