La euforia en el mercado de la vivienda se acaba. dos mil veintitres se presenta como un año de ralentización, en el que habrá menos compraventas y los costes podrían aun llegar a bajar en la segunda mano. El menor volumen de actividad que ya se ha dejado notar en los últimos acompases del ejercicio se extenderá por lo menos a lo largo del primer semestre del año que empieza.
«El menor volumen de compra y venta de inmuebles, acompañado de hipotecas más caras y de criterios de concesión más recios por parte de las entidades financieras, hará que empecemos dos mil veintitres con un comportamiento del mercado afín al de finales de 2022″, explica a El Independiente José María Basañez, presidente de Tecnitasa y presidente de la Asociación Profesional de Sociedades de Valoración (Atasa).
En cuestión de precios, «asistiremos a un nivel de desarrollo muy moderado del precio medio de venta de residencia, que sí que podría considerarse negativo en términos reales en la medida en que fuera inferior a la tasa de inflación», dice Basañez.
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