Juan Luis Ávila recuerda las mañanas de escarcha y los suelos helados los meses de diciembre y enero de su niñez y unos periodos estivales agradables que se intercalaban con otros más calurosos. “Ahora llevamos unos años en los que lo máximo que escarcha son dos o tres veces cada invierno y los veranos son mortales”, explica el responsable del sector del olivar de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). “Los que estamos a pie de campo, estamos a pie de campo. Independientemente del enfoque, el cambio climático está afectando”, reconoce.
El expediente de regulación de empleo anunciado hace dos semanas por Freixenet, que afectará a más de 600 trabajadores, ha puesto sobre la mesa una realidad que, según los sindicatos, no parece que vaya a ser extraordinaria. “Es un tema que probablemente tengamos que abordar en los próximos tiempos de manera clara, porque las sequías vinculadas al cambio climático han aumentado entre un 30 y…