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¿Ganarán las cadenas de televisión las elecciones generales?
elconfidencialdigital.com

Los partidos y candidatos tienden a concederle cada vez más relevancia a los medios, en particular a la televisión, para efectuar sus actividades de campaña. Por este motivo, procuran aparecer en ellos tanto como sea posible. De cara al 23 de julio, ¿van a ganar las cadenas las elecciones generales? ¿van a ser definitivas?

A partir de los años 60 y desde Estados Unidos, la televisión se ha transformado en el arma primordial de las campañas electorales. Su uso ha sido llevado al máximo en los meses previos al día de los comicios. Como consecuencia, las técnicas de persuasión del elector han experimentado un cambio sustancial. La televisión deja la comunicación directa del aspirante con los ciudadanos y, así como la integración de la informática a la campaña, y otras tecnologías avanzadas, el empleo intensivo de la investigación social y la consultoría de consultores políticos profesionales, conforma la expresión de una “nueva política”, que a partir del modelo de Norteamérica se ha ido propagando por el planeta.

La televisión es considerada ampliamente, por lo tanto, como el instrumento más esencial para realizar campaña y comunicarse con los votantes, sobre todo en aquellos países, como España, en que tiene extensa cobertura y audiencia.

No obstante, primeramente, es vital asegurar que cada partido o candidato independiente cuenta con acceso a los medios, sobre todo a la radio y la televisión, ya que la mayor parte de los votantes se informan sobre la política a través de estos canales. Eso quiere decir que un medio no debe influir en la opinión pública otorgando tratamiento distinguido a los diferentes partidos y aspirantes. Sin embargo, también es usual que el propio medio decida quién tiene acceso a los debates o programas de análisis.

Las cadenas se van volcar en la información política

La gente está muy interesada en la próxima campaña electoral del 23-J, en ahondar en las propuestas de unos aspirantes que ha conocido mediante la televisión. La pequeña pantalla se va a convertir en uno de los escenarios fundamentales. La ideología es importante, pero lo es más la imagen y la escenificación. Los mensajes en los mítines por las provincias ya son cosa del pasado y nadie se lee los programas electorales.

España es tan politizada como en la temporada de la Transición, lo que favorece la reflexión, el debate y va a aumentar el consumo televisivo. Los partidos han captado esa importancia. Mas los electores votan a políticos, no a tertulianos, si bien los debates sí pueden ser definitivos.

Puede parecer que la campaña electoral lleva mucho tiempo en los medios, mas no es así. Los políticos lo han dado todo, tan solo en precampaña. Después, en las dos semanas oficiales de campaña, van a cambiar las reglas del juego y la actualidad en TV se centrará mucho más en la política.

Las cadenas públicas estarán obligadas a informar también sobre los nuevos partidos que no se presentaron a las precedentes elecciones generales. Visto el ascenso de Sumar en el último CIS, la Junta Electoral ha regulado una normativa por medio de la que se podrá tener en cuenta unos comicios siguientes que puedan ser equivalentes. De ahora en adelante también van a tener lugar muchos debates electorales entre candidatos.

En el caso de las privadas, las televisiones no actuarán como trinchera, es decir, ninguna va a apoyar y significarse con uno de los partidos, sino apostarán por la neutralidad.

Conocemos a los candidatos gracias a las televisiones…

Es sintomático de qué forma al principio se criticaba -eminentemente desde el PP- que la TV hubiera encumbrado a Pablo Iglesias y a Podemos. Poco después, también se presentaba Pedro Sánchez en giras por distintos programas de entretenimiento. Y ahora, incluso el PP ha lanzado a Borja Sémper para bombardear posiciones progresistas desde las tertulias.

La repercusión de la T.V. en campañas electorales es enorme desde los años sesenta hasta nuestros días. En todas las estrategias políticas es un canal básico que representa aún hoy a prácticamente el ochenta por cien del censo electoral y es su medio de referencia. En verdad, para lograr buena parte de los votos de la generación de la postguerra, la autarquía y la primera de la democracia, todos mayores de cuarenta y cinco años, es el canal de comunicación más eficaz indiscutiblemente. La mayor parte de estos votantes solo conocen a Pedro Sánchez, Alberto Núñez, Santiago Abascal o Yolanda Díaz por medio de los posicionamientos y mensajes que muestran a través de la TV.

Hasta hace unos años, en España los programas de televisión, las entrevistas y las tertulias estaban monopolizadas por dos opciones políticas, el PP y el Partido Socialista Obrero Español. Ahora, tanto Vox como Sumar se han transformado en socios de gobierno merced a la TV y de un espectador medio que vota también a los nuevos partidos porque empieza a conocerles y a valorar sus propuestas.

Los candidatos emergentes parten con ventaja frente a Alberto Núñez Feijóo en la habilidad para manejarse en la T.V.. En precedentes contiendas (Felipe González-Aznar, Zapatero-Rajoy, Rubalcaba-Rajoy, Sánchez-Rajoy) era un enfrentamiento homologable, de igual a igual.

Ahora, los analistas consideran que el líder del PP va a ser el que más dificultades va a hallar en el cuerpo a cuerpo. “Sánchez, Abascal y Yolanda Díaz conocen con perfección de qué manera manejarse en la T.V.. La baza de Feijóo tendrá que ser dar imagen de experiencia, confianza, seguridad y estabilidad frente a la aventura y la inseguridad que suponen el resto de rivales políticos. No puede competir en modernidad por cuestión generacional.

…pero los partidos no pueden olvidar otras plataformas

También hay que rememorar que el votante más joven es el que actualmente decide las elecciones, por lo que los partidos no solo deben ajustarse a la T.V. para acercarse a ellos. En ese sentido, para conectar con su base en una campaña electoral se debe entender que el voto joven, más que en la televisión, se encuentra mayoritariamente en múltiples canales: Internet, páginas, móvil, aplicaciones o redes sociales.

Lo verdaderamente efectivo es fundamentar nuestra estrategia de comunicación en un mensaje diferente, multicanal y transmedia. Para los votantes jóvenes el rey ya no es la televisión, sino los contenidos audiovisuales que pueden consumir desde el canal que estimen.

Estas otras plataformas, además de esto, son asimismo decisivas para atraer a los indecisos, un campo del electorado que en precedentes comicios festejados en España han llegado a formar un 20 por ciento del censo. Para conquistarles no solo hay que estar en los programas de televisión. La estrategia política ha de ser integral. La T.V. no es nada tampoco ya sin la repercusión, por ejemplo, de las redes sociales.

El impacto en los votantes de los debates televisados

A lo largo de la historia, los debates presidenciales han resultado definitivos para acabar de concretar en la mente del votante el auténtico carácter de un aspirante al que por norma general ven protegido tras un discurso que otros han redactado. La espontaneidad a la que fuerza el cara a cara deparan momentos de esplendor a los candidatos, pero asimismo ha agrandado sus puntos flacos hasta convertirlos en momentos clave en su carrera.

Los debates van a proseguir deparando sorpresas. Además de esto, ahora cualquier mínimo error o anécdota está abocado a ser reproducido en YouTube y las redes sociales, día y noche, hasta exactamente el mismo día de las elecciones.

Los frente a frente televisados sí serán decisivos por el eco que generan asimismo, ya antes y después, en la prensa escrita, digital y las redes sociales. La TV se transforma en campaña, sobre todo mediante las entrevistas y debates, en generadora de contenidos, que luego se contestan en el resto de medios de difusión, a los que ahora hay que sumar Twitter, Facebook….Cuanta más importancia tienen las redes sociales, más adquiere la TV.

En la actualidad, además de esto, los enfrentamientos que se venían diseñando en incesante negociación con los equipos de campaña de cada uno de ellos de los partidos y se encorsetan en un rígido formato están prácticamente amortizados. Va ser muy complicado no plantear también debates a cuatro, aparte del cara a cara Sánchez-Feijóo, porque sería difícilmente explicable. La gente ya no desea debates protésicos. Son necesarios debates abiertos adaptados a un escenario y sociedad más abierta. La ciudadanía no entendería otra cosa.

Pero el impacto de estos cara a cara entre los electores es “limitado”. De todos los efectos sobre el voto, en el que se observa mayor presencia es en el relativo al refuerzo de voto, si bien la mayor parte de los votantes asevera que no se vio influido en ningún modo, de forma que el hecho de ser un jalón mediático muy destacado en la campaña no deja a los debates tener el suficiente impacto como para romper las orientaciones iniciales e identificación con los partidos.

Es decir, ante los debates lo que se juegan los políticos españoles es reafirmar el respaldo de quienes ya decidieron apostar por el candidato, y movilizar a su propio electorado. Pero raras veces pueden mudar la pretensión de voto.

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