Grifols mantendrá una batalla campal contra sus competidores más directos en el mercado del plasma. Este negocio, valorado a nivel mundial en treinta millones de euros, experimentará un desarrollo anual del 6,8 por cien hasta lograr a fines de la década la cifra de cincuenta y dos y trescientos millones. Esos más de veinte millones de diferencia serán el objeto de deseos tanto para la farmacéutica española como para empresas como la nipona Takeda o la australiana CSL, principales actores de este mercado, mas también de grandes multinacionales como Bayer o Sanofi.
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