Un día, a principios de la década de 1930, un joven diplomático boliviano llamado Jorge Ortiz Linares entró en la ilustre librería Maggs Bros de Londres para preguntar si podrían tener una edición especialmente delicada del Quijote a la venta.
Pero incluso para Ortiz Linares -un bibliófilo empedernido que además era yerno de Simón Patiño, el magnate boliviano del estaño apodado el Rockefeller andino- la respuesta fue un cortés no.
Sin embargo, el hombre de Maggs inscribió su nombre en una lista de espera y prometió ponerse en contacto con él si alguna vez se materializaba dicho ejemplar.
Dos años más tarde, el mismo asistente de buenos modales llamó a Ortiz Linares a París con buenas noticias.
El diplomático cruzó a toda prisa el Canal de la Mancha en un avión y, el 21 de diciembre de 1936, adquirió una edición fabulosamente rara del Quijote, así como una primera edición de la colección de cuentos de Miguel de Cervantes, las Novelas ejemplares, que es escasísima.

Cuatrocientos años después de que se imprimieran en Madrid, y casi un siglo después de que los comprara Ortiz Linares, se espera que los libros alcancen un precio de hasta 900.000 euros cuando sean subastados por Sotheby’s en París en diciembre, estimándose que el Quijote costará entre 400.000 y 600.000 euros y los relatos ejemplares entre 200.000 y 300.000 euros.
Según Jean-Baptiste de Proyart, experto en libros antiguos y marchante que actúa como asesor en la venta, el Quijote de Ortiz Linares es el más raro y mejor ejemplar que ha llegado al mercado en décadas.