Hoy habría sido el 34 cumpleaños de Shaeed Woodard, según su padre, James Woodard. (9 de marzo)
La anciana Sharon Hammond usa un pañuelo durante una vigilia por un grupo de estadounidenses recientemente secuestrados en México, en el Ministerio Palabra de Dios en Scranton, Carolina del Sur, el miércoles 8 de marzo de 2023. Dos de los cuatro estadounidenses, todos de Carolina del Sur, murieron tras ser atrapados en un tiroteo mortal cuando viajaban la semana pasada a Matamoros para que uno de ellos se sometiera a una cirugía estética. (AP Photo/Sean Rayford)
LAKE CITY, Carolina del Sur (Informa AP) – Preparándose para su primer viaje fuera del país, Zindell Brown, de 28 años, de Lake City, Carolina del Sur, tenía algo más que nervios. Tal vez fue una premonición sobre el viaje que él y varios amigos iban a hacer a México.
“Dijo: ‘Algo, simplemente no se siente bien'”, dijo su hermana mayor Zalandria Brown a The Associated Press por teléfono. “
Saltar al modo de protección para el hombre tan cercano a ella que lo llamaba su “hueso de la cadera”, Brown instó a su hermano a no hacer el viaje planeado a principios de este mes. Como alguien conocido por ayudar a los demás, sin embargo, Brown no se sorprendió de que su hermano se sacudiera el sentimiento y se ofreciera a conducir con su grupo de amigos de la infancia en un viaje por carretera a México, donde uno tenía programada una cirugía estética y otro planeaba celebrar su 34 cumpleaños.
El interior de una furgoneta blanca alquilada sería el último lugar donde Brown vería con vida a su hermanito. En algún momento durante el viaje de casi 22 horas desde Carolina del Sur hasta Brownsville, Texas, Brown vio un vídeo colgado en Internet de Zindell sonriendo a la cámara.
Pero en México, el grupo fue atacado. Hacia el mediodía, un vehículo chocó contra la furgoneta del grupo. Varios hombres con chalecos tácticos y rifles de asalto llegaron en otro vehículo y los rodearon, según informes de la policía mexicana.
Dos miembros del grupo -Zindell Brown y Shaeed Woodard- murieron por disparos. Eric Williams recibió un disparo en la pierna, y él y su compañera superviviente Latavia McGee fueron subidos a una camioneta, según un vídeo publicado en las redes sociales. La violencia se atribuyó al cártel del Golfo, banda de narcotraficantes vinculada a asesinatos y secuestros en Matamoros, ciudad de medio millón de habitantes que ha sido durante mucho tiempo bastión del poderoso cártel. El grupo se disculpó por los asesinatos en una carta obtenida por Associated Press de un funcionario de las fuerzas de seguridad mexicanas.
Incluso antes de ver las imágenes de la emboscada que circularon rápidamente por Internet, Zalandria Brown dijo que comenzó a tener una sensación enfermiza de que su hermano se había ido.
“Esa era la otra parte de mi alma”, dijo.
Llamó a su hermano la versión masculina de sí misma. Se ha ido su compañero de caza y el “tío guay” al que sus dos hijos (adolescentes) admiraban.
“Siempre ponía una sonrisa en la cara de todo el mundo. Siempre estaba bromeando, jugando y riendo”, dijo.
En los días previos al viaje, Zindell pasó tiempo en casa, jugando a videojuegos – un descanso del otro trabajo por el que sus manos eran conocidas: la carpintería. Zindell aprendió a trabajar la madera gracias a su padre, que quería enseñarle el oficio familiar. Podía hacer trabajos de carpintería”, dijo, y añadió: “Hacía trabajos de techado. Podía hacer todo lo que se te ocurriera cuando se trataba de construir una casa. Mi padre le enseñó a hacer todo eso”.
Aunque vive en Florence, Carolina del Sur, Brown dijo que ella, su hermano, Woodard y McGee crecieron en la modesta Lake City. A mediados de semana, la ciudad de menos de 6.000 habitantes parecía consumida por la triste pérdida.
En la biblioteca local de Main Street, los clientes charlaban entre sí sobre las condolencias, mientras que a pocas manzanas de distancia, cerca de la comisaría de policía, un desconocido ponía un ramo de flores de color púrpura en los brazos del padre de Shaeed.
Este mes Shaeed Woodard habría cumplido 34 años, según su padre, James Woodard. La prima de Shaeed, Latavia McGee, le había sorprendido con el viaje por carretera como excursión de cumpleaños, dijo James Woodard. Shaeed y Zindell estaban muy unidos; Brown dijo que ella también lo consideraba un hermano.
La noche del 5 de marzo, Brown recibiría una llamada telefónica que confirmaba sus peores temores. Un amigo de la familia llamó para decir que la consulta del médico al que se dirigían en México había llamado para decir que McGee llegaba tarde y se pensaba que estaba secuestrado. McGee dijo que desde entonces cada día para sus dos hermanos supervivientes y sus padres ha parecido una “pesadilla” Ninguna de las dos familias dijo aceptar las disculpas del cártel por los violentos secuestros. “Es una locura que te arrebaten a tu propio hijo de una forma tan violenta”, dijo Woodard. “No se lo merecía porque era un encanto. Tenía un gran corazón”
