Hace medio siglo y pico que Neil Armstrong posó su módulo en la Luna y metió un cuezo histórico al trasmitir a Tierra: “Houston, aquí Base Tranquilidad”. Se refería al Mar de la Calma, una de esas máculas oscuras que se aprecian en la Luna a simple vista y que en realidad no es un mar, como creían los viejos, sino un enorme depósito basáltico creado por una erupción volcánica ancestral.
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