El cortejo del BBVA al Sabadell saltó por los aires, como tantas relaciones de pareja, por los tiempos. Los contactos se produjeron a lo largo del mes de abril. Al menos uno fue presencial entre Carlos Torres y Josep Oliu, presidentes de ambas entidades. Desde una parte, ese encuentro se reviste de toda gravedad y se le concede carta de naturaleza. Desde otra, se trataría de una mera interacción después de una reunión de la patronal bancaria. Fuentes conocedoras del mismo explican que, pese a la coincidencia entre ambos actores respecto a la conveniencia de la operación y a la necesidad de que, en línea con los requerimientos del Banco Central Europeo (BCE), las entidades se integren para ganar escala, había una diferencia radical en los plazos. El Sabadell piensa que tiene un proyecto propio que desarrollar. “El banco tiene dos años de recorrido en solitario antes de sentarse a hablar”, dijo el catalán. El BBVA necesita una boda ya.
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