Tras matar a más de 30 personas y herir a miles con la detonación a distancia de buscas y walkie-talkies, Israel ha elevado de nuevo este viernes el riesgo de una guerra total con el asesinato en Beirut de una de las principales figuras de Hezbolá con dos misiles que han matado al menos a otras 13 personas, entre los que se encuentran niños, y herido a 66. El bombardeo con aviones F-35 destrozó por completo el edificio en Dahiye ―el feudo del partido-milicia a las afueras de la capital libanesa que Israel no atacaba desde el asesinato del número dos de Hezbolá, Fuad Shukr, en julio― donde estaba el jefe de las fuerzas de élite Radwan, Ibrahim Aqil. El ejército israelí anunció su muerte a última hora de la tarde y Hezbolá no la ha confirmado hasta pasada la medianoche. El asesinato de un mando tan destacado, el inédito ataque tecnológico esta semana y 24 horas de fuego cruzado con una intensidad sin precedentes en los últimos meses colocan a Oriente Próximo en uno de sus mayores puntos de tensión desde el inicio de la guerra en Gaza, en octubre de 2023.
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