Con su discreción frecuente, con la rapidez de una última hora, se ha ido el periodista francés Jean-François Fogel. Apenas conocido en España por el público, era sin embargo un faro irremplazable para varias generaciones de colegas de Iberoamérica. Cada visita, cada charla, cada correo estaba lleno de pistas, de consejos, de esos guiños amables que todos precisamos en los instantes difíciles, antes de tomar resoluciones que cambian nuestras vidas.Fogel, fallecido este domingo en París a los 76 años, tras un accidente cerebrovascular, era un soñador. Le agradaba refererir, así lo escribió en elDiario.es, una obra poco conocida de Julio Verne: La jornada de un periodista americano de dos mil ochocientos ochenta y nueve. En ella Verne no sueña con un viaje a la Luna o recorrer veinte mil leguas bajo el mar, sino describe una red universal de comunicación, y lo hace en 1910, es decir, ochenta años antes de la invención de Internet. Jean-François era nuestro Julio Verne del siglo XXI. Sin conocerle, sin saber de él, , lectores de elDiario.es, de El País, de El Planeta y de muchos otros periódicos españoles, estoy convencido de que han podido gozar de avances en este hermoso oficio del periodismo que nacieron en su cabeza y que nos transmitió con inusual generosidad a todos y cada uno de los que tuvimos la suerte de ser sus pupilos. Porque él sí era un maestro.Desde la Fundación Gabo, creada por Gabriel García Márquez, Fogel —que era presidente de su Consejo Rector y miembro de la Junta Directiva— extendió sus conocimientos a toda Latinoamérica. Era el alma cartesiana de una Fundación llena de pasión por el buen periodismo y también por la fiesta. JF se escabullía con habilidad para proseguir trabajando mientras los demás disfrutábamos de la música y del Caribe.Jaime Abello, directivo general de la Fundación, despedía…