Noche del 7 de octubre de 2018. Los brasileños celebran unas elecciones trascendentales que pueden hacer presidente al ultraderechista Jair Bolsonaro. Un grupo de jóvenes comete un crimen: asesinan a sangre fría a un chico gay. Un delito de odio al que la campaña electoral ha podido dar alas. Pero la víctima tenía un pasado que los detectives encargados del caso irán desgranando poco a poco regresando al 27 de octubre de 2002, cuando Lula da Silva se convirtió en presidente de Brasil.
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