Si España fuera una compañía, sus acciones llevarían múltiples días cayendo. El nombre del país ha copado los medios de todo el planeta asociado a las palabras machismo, sexismo o masculinidad tóxica por el beso en la boca que Luis Rubiales, presidente de la Real Federación De España de Futbol (RFEF), dio a la jugadora Jenni Bello tras ganar el Mundial femenino. Los especialistas en comunicación consultados coinciden en que el ademán ha supuesto un golpe a la reputación de la marca España, pero a la vez, defienden que la reacción de rechazo social de la sociedad y el proceso abierto por las autoridades para separarle del cargo pueden ser claves para darle la vuelta a esa percepción negativa y transmitir en su lugar la de un país inflexible con estos procederes.
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