Seis años después de la crisis del procés, y con la amnistía sobre lo sucedido en esos dramáticos días encima de la mesa, la política española vivió este jueves un extraño aroma a aquel crítico 2017. Como entonces, nada sucedió como se esperaba. La jornada arrancó con todo listo en el PSOE para registrar en el Congreso la proposición de ley de amnistía, que ya está prácticamente ultimada para que la firmen todos los grupos de la nueva mayoría. Sin embargo, como hace seis años, en el último momento, y con todos los medios pendientes de sus pasos, Carles Puigdemont tensionó el acuerdo con el PSOE mientras los negociadores se enzarzaban en un punto del articulado de la ley, porque Junts exige que de la amnistía se beneficien más personas, y no en la exposición de motivos, que está ya pactada, según fuentes de la negociación.
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