Fiscalía pide 67 años de prisión y testigos del centro lo exculpan
BARCELONA, 22 (EUROPA PRESS)
La Audiencia de Barcelona ha empezado este lunes el juicio a un educador de un centro de menores de Teià (Barna) acusado de cinco agresiones sexuales a uno de los pequeños del centro, que entonces tenía trece años.
La Fiscalía ha reclamado para él una condena de sesenta y siete años de prisión en suma por los 5 delitos que presuntamente cometió en dos mil catorce, y una indemnización de ochenta euros por daños morales y secuelas sicológicas.
El menor, con una discapacidad por un trastorno de fantasma autista, estaba en el centro por el hecho de que pertenecía a una familia monoparental y su madre estaba en prisión, y el acusado presuntamente aprovechó una salida del centro, cuando acompañó al menor a visitar a su madre a la prisión, para llevarlo en turismo hasta una zona boscosa y cometer la primera agresión de la que se lo acusa.
Otra de las agresiones sexuales por las que se le enjuicia presuntamente ocurrió a lo largo de una salida del centro con otros menores para ir al cine, y las otras 3 aparentemente fueron en el centro.
“A MÍ TAMBIÉN ME HA PASADO”
En dos mil diecisiete, 3 años después, la madre del menor denunció los hechos cuando él se lo contó tras asistir a una charla en el instituto sobre abusos sexuales: “Me afirmó ‘mamá, a mí también me ha pasado esto'”, ha recordado la mujer al declarar como testigo en el juicio.
La madre ha contado que desde que recobró la custodia de su hijo sabía que el menor “no se hallaba bien, mas no sabía precisamente por qué”, y ha contado que ahora va al psicólogo y al siquiatra.
En el juicio también ha declarado una sicóloga que trabajó en el instituto al que iba el menor, y ha explicado que en esa charla sobre abusos sexuales la víctima preguntó a la enfermera que impartía la sesión “qué consecuencias debía una persona hubiera sufrido abusos sexuales”.
COMPAÑEROS DE TRABAJO
A petición de la defensa, ha testificado una compañera del acusado que, como él, hacía el turno a la noche, y ha declarado que nunca recibió críticas sobre el hombre, al que ha calificado como “el educador perfecto”.
Asimismo ha testificado a petición de la defensa el entonces subdirector del centro, que ha declarado que el menor tenía amigos invisibles y crisis psicóticas, y ha añadido que era muy desinhibido sexualmente y de vez en cuando se había masturbado ante sus compañeros.
“ES IMPOSIBLE”
“Me da lástima que pueda haber tenido la sensación de haber vivido una situación así, mas en nuestra casa es imposible que se diera” ha dicho el testigo, que como subdirector asimismo vivía en el centro, tras contar que había visto al menor ponerse en situaciones de peligro por órdenes que le daban sus amigos imaginarios.
Otra testigo, que asimismo trabajó en el centro, ha coincidido con los dos anteriores al valorar que una agresión no hubiera pasado desapercibida por el hecho de que la sonoridad del edificio hacía que se oyese cualquier golpe o estruendos aun desde diferentes plantas, y ha añadido que no da “credibilidad” a las acusaciones.
Está previsto que el juicio quede visto para sentencia el martes, cuando declarará el acusado, que ha pedido hacerlo al final del juicio una vez se hayan expuesto todas las pruebas.
