Quienes propugnaban que la amnistía tenía que servir para dar estabilidad a la política catalana, y por extensión a la española, se han dado de bruces con un nuevo adelanto electoral en Cataluña. La aprobación el jueves en el Congreso de la ley que debe permitir pasar página a la “represión” según los independentistas y a la inestabilidad derivada del procés, según el Gobierno, todavía tardará al menos dos meses en dar los primeros frutos. Pero sí ha servido como pistoletazo de salida para la campaña de las elecciones catalanas.
Seguir leyendo