A río revuelto, ganancia de pescadores. Eso debieron pensar algunas fichas importantes del tablero financiero global cuando a mitad de marzo irrumpía la amenaza de una crisis bancaria a raíz los problemas del Silicon Valley Bank y Credit Suisse. Con la tormenta arreciando fuertemente, algunas entidades extranjeras apostaron fuerte en España: ofrecieron mejoras en la remuneración a las grandes empresas para robar clientes y ganar cuota. Conforme explican diversas fuentes del ámbito, este movimiento provocó la reacción de la gran banca de España, que acorazó a sus mejores clientes con subidas sustanciales de la rentabilidad por los depósitos.
Seguir leyendo