El motor de la igualdad interregional está gripado. El acercamiento entre regiones más y menos ricas se ha estancado en lo que va de siglo y ha dejado un mapa prácticamente idéntico al que había hace veinte años. La brecha se ha reducido de forma tímida pues ciertas comunidades más rezagadas, en particular Galicia y Extremadura, han recortado terreno a las más opulentas. Sin embargo, las variaciones que se han producido en las últimas dos décadas no han sido suficientes para mudar el mapa de la riqueza en España. Así se desprende de la última estadística de contabilidad regional del INE (INE), que confirma estudios precedentes del Banco de España o Fedea.
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