Madrid es la comunidad que más exprime a la baja su competencia fiscal. Esta política de bajos impuestos se ha transformado desde hace unos años en uno de los sellos distintivos del Gobierno madrileño, gobernado por el PP desde hace 30 años. En dos mil veintiuno, todas y cada una de las medidas tributarias de reducción de impuestos supusieron una mengua en los ingresos regionales del 1,9 por ciento de su PIB, un porcentaje que casi triplica la media autonómica (0,65 por cien ). O sea, la capital de España dejó de colectar más de cuatro mil millones por las rebajas fiscales acumuladas. La comunidad encabezada por la popular Isabel Díaz Ayuso asimismo destaca por otra marca. Es la que menos gastó en servicios públicos fundamentales ―sanidad, educación y servicios sociales― el año pasado: 2.920 euros por habitante ajustado, frente a los 3.197 del promedio regional.
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