La guerra total es aquella en la que “todo es una meta y todo puede servir como arma, lo humano y lo no humano”. Esta descripción, escrita por Emmanuel Kreike, profesor de Historia de la Universidad de Princeton, casa perfectamente con lo sucedido este martes en Ucrania con la destrucción de la presa de Nova Kajovka. Una infraestructura civil a cargo de un ejército, el ruso, que acaba por causar una catástrofe que no solo va a tener serias consecuencias humanitarias y medioambientales, también militares. Porque si algo provocará que el caudal del río Dniéper se llegue a triplicar en sus 60 quilómetros finales, aparte de dejar inhabitables decenas de pueblos, es obstaculizar la contraofensiva ucrania.
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