La ficción televisiva es un arte. La cocina, también. Mostrar la cocina en televisión, sin embargo, es otro arte totalmente distinto. Esa capacidad de transmitir sabores a través de imágenes, la forma en la que se emplatan las comidas, las cazuelas humeantes y mostrar el punto exacto en el que se encuentra la carne o lo suculento que es el pastrami entre dos rebanadas de pan. Y, por suerte para los amantes del arte culinario (porque aquí uno se niega al término foodie, más asociado al vacío postureo de Instagram), en el streaming tenemos unos cuantos ejemplos de series que transmiten el amor por los fogones.
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