Las energéticas occidentales han cerrado en dos mil veintidos el mejor año de su historia, y las españolas no son una salvedad. Las principales compañías de petróleo, gas y electricidad se vieron impulsadas por el potente viento de cola de una crisis —y una guerra— que han desimantado la brújula de los costos a escala global, y muy particularmente en Europa. Repsol, Iberdrola, Naturgy y Endesa, las compañías que conforman el póquer de grandes nombres del ámbito en España, se anotaron en dos mil veintidos —el año en el que los carburantes, el gas y la electricidad batieron récords inimaginables— un beneficio conjunto de 12.780 millones de euros, un 41 por ciento más. Todo, a pesar de que la cosecha de dos mil veintiuno —más de 9.000 millones— no fue ni muchísimo menos mala. En el año recién terminado, no obstante, los guarismos adquieren otra dimensión: fueron los mejores de siempre y en toda circunstancia, tanto en términos agregados como uno a uno.
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