El acceso a la vivienda se ha convertido en un desafío crítico a nivel mundial. Ciudades antes asequibles se han encarecido hasta rozar niveles insostenibles. Las soluciones propuestas, como construir más casas, topar el alquiler, fomentar la vivienda social o limitar la adquisición de propiedades a extranjeros, no han resuelto esta plaga que se extiende por el globo. Entre 2015 y 2024, los precios han aumentado un 54% en Estados Unidos, un 32% en China y casi un 15% en la Unión Europea (26% en España), según la OCDE. El encarecimiento en las grandes capitales es mayor; algunas han visto cómo la vivienda se ha duplicado en este periodo. Casi un 9% de la población de los países más industrializados del mundo dedica más del 40% de sus ingresos a pagar la hipoteca o el alquiler. Es un tema clave en la campaña presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump, y una prioridad para el primer ministro británico Keir Starmer, reflejando una crisis que impacta a gran parte del mundo desarrollado.
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