“Nos dirigimos a una muy profunda crisis económica”. El catastrofismo del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, y del resto de la derecha de este país durante los últimos meses ha chocado una y otra vez con la realidad de los datos. Este viernes, el INE (INE) avanzó que la economía de España medró un cinco con cinco por cien en 2022 y que, aun, evitó la contracción Producto Interior Salvaje (PIB) en el cuarto trimestre, pese al daño inevitable de la inflación al consumo de las familias y a la inversión de las compañías.
La resistencia de la economía ha tumbado todos los augurios de recesión, sorprendiendo aun a las estimaciones más recientes, como el cinco con tres por ciento que calculó el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace apenas una semana.
El Gobierno se aferra ahora a su objetivo del 2,1 por ciento de crecimiento económico en dos mil veintitres por el hecho de que los factores más negativos se han matizado, como ocurre con la caída del coste de la energía o con la menor debilidad de algunos de los primordiales socios comerciales. Eso sí, con la excepción de la amenaza de las subidas de los…