La economía española sigue exhibiendo una resistencia sorprendente en un contexto harto complicado. La elevada inflación acumulada todavía merma el consumo de las familias; un importante porcentaje de hogares tiene hipotecas variables y sufre las alzas de tipos, y las dificultades de la zona euro lastran con fuerza las exportaciones. Sin embargo, el PIB sigue avanzando a ritmos relativamente robustos. Gracias a la fortaleza del empleo y del consumo de las familias, creció un 0,3% trimestral entre julio y septiembre, según ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística este viernes.
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