La economía española enseña músculo. Medró un cero con seis por ciento en el primer trimestre de 2023, una décima más de lo que el Instituto Nacional de Estadística (INE) había adelantado en abril. Detrás de este repunte se halla la buena marcha sobre todo de las exportaciones, que han tirado de la actividad, pese a que persistan algunos de los grandes desafíos que han marcado el escenario económico del último año: una inflación elevada, las subidas de tipos de interés, la incertidumbre geopolítica y una desaceleración global. El instituto también ha elevado el dato del cuarto trimestre de dos mil veintidos, del 0,4 por ciento al cero con cinco por cien . Todas estas correcciones llevan a España a recuperar el PIB prepandemia ya en el primer trimestre y no en el segundo, como apuntaban múltiples organismos, aunque por los pelos —el volumen de la economía solo es superior en un cero con seis por cien al de 2019— y mucho después que la mayoría de los vecinos europeos.
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