En plena ralentización europea, la economía española aguanta con solidez, apoyada en un mercado laboral que medra fuertemente a pesar de las subidas de tipos y por más que la inflación haya erosionado las finanzas de los hogares, upada por la fortaleza de servicios como la hostelería, las actividades profesionales y comunicaciones, e impulsada por la restauración del consumo de los hogares y la inversión en construcción. En esas circunstancias, medra un 0,4 por cien , conforme el avance que ha publicado el INE este viernes. Si bien se desacelera en comparación con cero con seis por cien publicado del trimestre anterior y que ahora se examina al 0,5 por ciento , la resistencia de la actividad sorprende en un contexto de intensas subidas de tipos y con una inflación latente aún elevada.
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