La empresa pública española Equipos Nucleares, S.A. (Ensa), dedicada a proveer componentes para la industria nuclear, encadenó en 2022 su segundo ejercicio consecutivo con pérdidas millonarias tras un “percance excepcional” ocurrido el pasado octubre en su planta de Maliaño, en Cantabria, que ha tenido un fuerte impacto en sus resultados.
Tal y como explica en sus cuentas de dos mil veintidos, recientemente remitidas a la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), en los dos últimos años el grupo “se ha visto perjudicado por una serie de sucesos que han supuesto la generación de pérdidas”.
Estas ascendieron a algo más de diez millones en 2022, ligeramente bajo los doce con siete millones que perdió en dos mil veintiuno. En conjunto, unos veintitres millones de números rojos en dos años. La compañía atribuye los de 2022 a un cúmulo de factores.
“A la ralentización de los proyectos en curso habida en 2021 en un contexto de pandemia” y nuevas demandas contractuales “en actividades en un inicio sin presupuesto” que, asegura, son extrañas al grupo “y son reclamadas a los clientes del servicio finales”, se han sumado otros: el encarecimiento de…