Faemino y Fatigado, gloria y prez del humor de España, transmutados en los hermanos Benítez, tenían un exquisito sketch historicista titulado Muertes famosas en el que reproducían –a su especial manera– las muertes de Julio César y Viriato, “muertos a manos de unos conjurados”, e intentaban sin éxito reproducir la muerte del versista Mariano José de Larra. No está claro si la historia se escribe con sangre o con descubrimientos –la segunda parte del gag de los hermanos Benítez se abría con el descubrimiento del océano Pacífico–, pero es obvia la impronta que las muertes violentas tienen como sanción del tiempo.
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