“El Club Náutico de Ibiza es el único espacio (dentro del puerto de Eivissa) que en nuestros días hace náutica social y deportiva. El resto son concesiones empresariales que pagan auténticas millonadas para hacer negocio”, denuncia a elDiario.es Antoni Estades, presidente de la Asociación de Clubes Náuticos de Balears (ACNB). El caso de Eivissa sirve para ejemplarizar lo que ocurre también con otros clubes náuticos del archipiélago abalear, como el Club Náutico de Palma, el Club Marítimo de Maó (Menorca) o el Club de Vela Port d’Andratx (Mallorca). Un proceso que han llamado como “gentrificación” de los puertos.La directiva de la ACNB volvió a lamentar recientemente la situación de “indefensión legal” que aseguran que viven. No comprenden que siendo entidades no lucrativo, que cumplen una función social esencial que las administraciones públicas no cubren -como es facilitar y promover la práctica deportiva de la vela y el piragüismo en Balears, los deportes que más medallas olímpicas han aportado a España-, se hallen en peligro de desaparecer. O, cuando menos, en claro retroceso. Conforme advirtieron recientemente, la frágil situación jurídica en la que se hallan podría derivar, a corto plazo, en “la pérdida de numerosas licencias deportivas, como en la desaparición de regatas que hoy están totalmente consolidadas”, lo que asimismo cerraría “el acceso al mar a los residentes”.Las marinas mercantes, que son las empresas que están pujando para hacerse con las adjudicaciones de las concesiones, difícilmente podrían sustituir la función que ejercen los clubes náuticos, explica a elDiario.es Javier Sanz, presidente de la Real Federación Española de Vela. Igual que Estades, cree que detrás de las compañías que están pujando por las licitaciones puede haber dinero de grandes capitales y fondos de inversión. “El Consejo Superior de Deportes (CSD) asimismo está preocupado por el futuro de los clubes…
