La Francia Insumisa (LFI), el partido que dirige Jean-Luc Mélenchon y que hoy domina la izquierda francesa, pretende abanderar en su país el feminismo y la regeneración democrática. Dos capítulos en las últimas semanas cuestionan que ciertos de sus líderes estén a la altura de lo que proclaman y exigen a el resto. Los insumisos, como se conoce a los miembros de LFI, han sido implacables al fiscalizar las actitudes sexistas y los supuestos abusos cometidos por políticos de otras formaciones. Y con razón. Pero cuando en el mes de septiembre se supo que el miembro del Congreso de los Diputados Adrien Quatennens, uno de sus pesos pesados, había abofeteado a su esposa, de la que se estaba separando, a Mélenchon no se le ocurrió nada mejor que alabar su “dignidad” y “valentía” por admitir los hechos.
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