La mayor bajada de la inflación en Europa y el avance de transición energética han elevado la competitividad de la economía y han confirmado al ámbito exterior como un motor esencial para el desarrollo y la creación de trabajos, en muchos casos puestos mejor pagados que en otros sectores tradicionales. Y lo es más allá del turismo. Mas lo más esencial, todo apunta a que lo proseguirá siendo en el futuro próximo.
La cuota de comercio intracomunitario (dentro de la UE) de mercaderías de España, con respecto al total, no ha parado de medrar en los últimos meses y es ya 4,2 puntos superior al nivel previo a la pandemia, principalmente por el abaratamiento de la electricidad por el máximo al gas (o salvedad ibérica), según datos de Eurostat recogidos por el Ministerio de Asuntos Económicos. Precisamente, ha pasado de un cinco con ocho por ciento en 2019 a un seis con uno por cien en mayo de este dos mil veintitres.
Pero la transformación de la economía sobrepasa a la coyuntura. Es ya estructural. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008 y la austeridad aplicada desde…