Le llamaban Julián, era de Rumanía, y hasta hace cinco meses vivía en la calle. En Rivas-Vaciamadrid se lo encontró el pasado invierno Adrián García, de 46 años, un hombre que es “todo corazón”, “una gran persona”, según los vecinos. Adrián le propuso irse a vivir con él y su madre, en una pequeña estancia independiente en una finca con tres edificaciones precarias en el ámbito 6 de la Cañada Real Galiana, sin luz desde hace más de dos años. Julián murió esta tarde en un incendio en la casa de Mónica, de 66 años, tras adentrarse en la residencia para intentar salvarla de las llamas, pasadas las 4 de la tarde. La mujer, dice una vecina, llevaba aguardando desde septiembre “el maldito realojo” a una residencia pública, pero la Comunidad de Madrid sigue sin concretarlo.Los detalles los cuentan los vecinos. El de justo enfrente logró sacar a la mujer con ayuda de su hermano una vez que Adrián, que sufrió quemaduras, saliese a la carretera a solicitar socorro. Los hombres procuraron pasar por la puerta primordial, pero las llamas lo impedían, de forma que lo intentaron por el baño, donde resultó que se había refugiado Mónica. Los hombres cortaron los hierros de la ventana con una radial y por último, a tirones, arrancaron la estructura. Cuando llegaron los bomberos, dice Raquel Pérez, vecina de dos números más arriba, fue Mónica la que insistió en que había otra persona dentro que tenían que sacar. Los efectivos de emergencias no lograron reanimar a Julián.Las causas del incendio se están investigando. Raquel explica que en la estancia había una estufa de leña y una cocina de gas. Las placas solares del tejado también pudieron fallar, especulan otros vecinos. La policía guardó la entrada de la finca, con una verja de hierro, hasta…