Las últimas estadísticas de criminalidad desmontan el discurso alarmista sobre la okupación de viviendas. El número de estas infracciones penales registradas en España en dos mil veintidos fue de dieciseis y setecientos veintiseis, un tres con dos por ciento menos que el año anterior, cuando esta cifra se había disparado hasta las 17.274, máximo histórico, según los datos recogidos por el Sistema Estadístico de Delincuencia, dependiente del Ministerio del Interior y que recopila la información de la Policía Nacional, la Guardia Civil, las policías autonómicas y los cuerpos municipales.
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