Alemania es un país rico, la cuarta economía del mundo y la mayor de Europa. Mas hay un obscuro reverso en este estatus de potencia económica que brotaba esta semanas merced a la labor parlamentaria del partido izquierdista Die Linke.
En este partido tienen la costumbre de preguntar al Gobierno en el Parlamento de qué forma va la evolución del empleo en aquellas personas con más de 67 años. Merced a esos interrogantes, se puede apreciar que en la evolución del mercado de trabajo alemán hay un problema. Hay centenares de miles de personas mayores que no pueden dejar de trabajar o que, si se han jubilado, han debido volver al trabajo. Cada año que pasa, este colectivo es más abundante.
Según informaba el primer día de la semana la Red de Redacciones de Alemania (RND), el Ministerio de Trabajo del país del canciller Olaf Scholz ha anunciado que en 2023 eran cincuenta y seis y ciento cinco personas mayores más las que se sumaban al buen millón de ciudadanos germanos que prosiguen trabajando más allá de los 67 años. Esta es la edad que, en general, sirve de referencia para entrar…