La reforma de pensiones del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, deja dos ajustes pendientes para la próxima legislatura. Por una parte, la subida de cotizaciones a los autónomos, que deberá hacerse desde 2026 para que vayan gradualmente equiparándose a las de los asalariados en un proceso que debe acabar antes de 2032, tal y como recoge la legislación. Por otra parte, el mecanismo de cierre que ha impuesto la Comisión Europea, que se activa desde 2025 y que, en el supuesto de no tomar medidas, corrige automáticamente a base de subidas de cotizaciones cualquier desfase que pueda surgir sobre unas proyecciones a treinta años que ya implican unos niveles de gasto sobre PIB de los más altos de Europa.
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