A Jane Fonda (Nueva York, 1937) ya le acompañaba el apellido para saltar sin trampolín al cine hollywoodiense. Su padre, Henry Fonda, cultivó esa curiosidad por el mundo de la actuación, pero jamás se imagino que ese interés llevaría consigo la lucha activista por «salvar el mundo».
Su madre era Frances Seymour Brokaw. Tanto como Henry pertenecían a una familia aristocrática. Ella era la segunda esposa de su padre, quien ya tenía una hija y soñaba en este matrimonio con tener el varón deseado. Su presagio no se cumplió. Enseguida, nació la pequeña Jane y dos años más tarde su hermano, Peter. Este hecho le hacía sentir que su padre no le daba el afecto que necesitaba, y que la rechazaba de forma continua, lo que provocó una relación conflictiva durante muchos años.

Al renombrado actor, le agradaban demasiado las mujeres, razón por la que poquito a poco fue degenerando su matrimonio hasta llegar a problemas conyugales que afectaron a la salud sicológica de Seymour. El suicidio era lo que se aproximaba….