El cambio de año es la excusa perfecta que mucha gente se impone para lograr nuevas metas en su vida. Es el momento de buscar inéditos propósitos o sencillamente tratar de cumplir los objetivos que se habían fijado en años anteriores y que no ha habido manera de alcanzar. La mayoría de estos anhelos tienen que ver con objetivos personales y, reconozcámoslo, con un gran contenido egoísta. Es fruto de una sociedad cada día más desigual que facilita una actitud interesada en el beneficio propio. Y si no me creen, háganse ustedes mismos la pregunta sobre sus objetivos para este nuevo año que comienza y verán como la mayoría tienen que ver con intereses suyos personales y poco con el resto del mundo que les rodea. Y, sin embargo, la capacidad de conmoción y repulsa ante las guerras e injusticias que se siguen produciendo en este 2024 sigue latente.
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