La áspera escalada en el costo de la luz deja ciertos efectos más allá del obvio —y mayúsculo— daño sobre el bolsillo de los usuarios. El coste de las renovables viejas, las que precisaban de una compensación para cubrir su alto coste de inversión y operación, va a caer en 2023 en más de 756 millones de euros respecto a dos mil veintidos, conforme la estimación publicada este jueves por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Serán casi 5.139 millones de euros, frente a los cinco mil ochocientos noventa y cinco millones del ejercicio anterior.
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