Patricia Juez, madrileña de treinta años, ha tirado la toalla después de tres años tratando de comprar un piso. “Los intereses son inasumibles. Proseguiré en casa de mis padres hasta que bajen un poco”, cuenta. Aunque afirma tener ahorros suficientes para la entrada de una casa de unos doscientos cincuenta euros en la zona sudeste de la capital, el cambio de las condiciones de financiación ha sido determinante: “Con el aumento de los intereses me resulta imposible, y más siendo una persona sola”. Cuando comenzó la busca de residencia, a lo largo de los años de la pandemia, las hipotecas fijas estaban en el cero con ocho por cien . Un chollo en comparación con la situación actual. “Ahora mira de qué manera están, en el tres con ocho por cien . Y lo mismo pasa con las variables”, se lamenta esta profesora de un colegio concertado en la villa de Madrid. Los bancos, además, no le ofrecen hipoteca fija: “Solo mixta o variable”, se queja. Ella, en cambio, prefiere asegurarse las cuotas mensuales hasta el final “por seguridad”.
Seguir leyendo
La segunda mano se lleva la peor parte
Al charlar de la evolución de las compraventas, hay que hacer una distinción entre el mercado de la vivienda nueva y el de segunda mano, que tiene un peso del ochenta y dos por ciento sobre el total y que está siendo el gran perjudicado. En el caso de la obra nueva, hay tan poca oferta (solo el 18 por cien de las residencias vendidas en dos mil veintidos fueron de nueva construcción) que la reducción en el número de transacciones será mucho menos acentuada. CBRE calcula en torno al ocho por cien de bajada para este año.
Además, saldrán menos promociones al mercado por el alza de la financiación, los mayores costes de construcción hasta mediados de 2022 y la falta de mano de obra cualificada. El número de visados para construir nuevas residencias alcanzó los 108.895 permisos a lo largo de dos mil dos, según Transportes. Banco Bilbao Vizcaya Argentaria Research espera una reducción de estos visados del 9 por cien . Las empresas promotoras afirman no estar preocupadas por las resoluciones establecidos de los compradores. “No tenemos cifras, pero nuestras empresas no me transmiten nada negativo al respecto”, apunta Daniel Cuervo, de APCEspaña. Y añade: “Quien ha comprado una residencia sobre plano es un perfil con poder adquisitivo suficiente para no tener inconveniente de solvencia en el momento de contratar una hipoteca”. Además, a lo largo del periodo de construcción, la vivienda ha subido de precio, lo que es un aliciente para el comprador.