Aunque la tormenta bursátil global que sacudió los mercados la semana pasada remansó enseguida, persiste la preocupación por un aterrizaje abrupto de la economía estadounidense y la inflación acapara todos los focos. Tres indicadores, el índice de precios de producción —que ha subido menos de lo previsto—, el IPC y los datos de ventas minoristas, arrojarán sucesivamente entre este martes y el jueves nueva luz sobre el gasto de los hogares y, en especial, sobre si la presión inflacionista está bajo control, tras el moderado 3% de junio. La lectura del IPC de julio así lo indica.
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