El cereal ucraniano que, a raíz de la invasión militar rusa, se procura sacar del país está probando los límites del mercado único. Las decisiones unilaterales de Hungría, Polonia y Eslovaquia de aplicar vetos a las importaciones del grano ponen en alerta los fundamentos económicos de la UE. Tanto es así que Bruselas analizará las posibles implicaciones de tales medidas que Kiev ya ha denunciado frente a la Organización Mundial del Comercio.
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