La reforma de las reglas fiscales ya toca el final. El Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, liderado por Bélgica, país al que le corresponde su presidencia este semestre, han llegado a un principio de acuerdo este sábado de madrugada. Ya no habrá más cambios. El tope para que el gasto público estructural no supere los ingresos será la brújula de unas complejas cartas de navegación fiscal que persiguen el complicado equilibrio de lograr que los Estados miembro rebajen la alta deuda pública acumulada con las ingentes inversiones que precisan la doble transición verde y digital. A las normas acordadas solo les queda un paso, en teoría, formal: la ratificación de lo pactado por los plenos de ambos colegisladores.
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