Media hora antes de que acabara el plazo, Benjamin Netanyahu comunicó al presidente de Israel la composición de su nuevo Gobierno: es el más ultraderechista, fundamentalista y radical desde la creación de Israel en 1948, incluyendo los más escorados a la derecha. Netanyahu liderará una alianza de 6 partidos al frente de los que se ubica su propia capacitación, el Likud, a la que acompañarán 3 de extrema derecha, Poder Judío, Sionismo Religioso y Noam, y dos partidos religiosos ultraortodoxos, Judaísmo Unido de la Torá y Shas. En suma representan 64 escaños de los ciento veinte que conforman el Parlamento. Es una mayoría suficiente pero suma a poco más de la mitad de los representantes de la soberanía nacional. Con estos mimbres, el líder que más tiempo ha continuado al frente del Gobierno israelí se dispone a entregar cargos y carteras estratégicos a partidos cuyas convicciones democráticas son netamente controvertibles.
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