No fue la noche de Reyes la mejor para el Barcelona, superado en el Palau por una Virtus muy seria. Se mostraron sorprendentemente los blaugrana como un equipo sin tensión, perdiendo hasta diecisiete balones (tres en veintiseis segundos definitivos) y cometiendo 9 faltas menos que su contrincante. Guarismos malísimos, adornados con una mala noche en el triple (8/26), que dibujaron una derrota irrevocable en una Euroliga que va a ser muy larga.
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