Una “tormenta perfecta”, una “espiral complicada”, un “problema larvado”… Estas son algunas de las expresiones que utilizan los expertos para definir la relación de los jóvenes (y no tan jóvenes) con la vivienda. La emancipación, encontrar un alquiler y, aún peor, la compra se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para millones de personas en España. El problema trasciende el ámbito inmobiliario. “La escasez de vivienda no solo afecta a los jóvenes en su acceso a la misma, también puede afectar a las perspectivas demográficas, constreñir el potencial de crecimiento de la economía y tener consecuencias en la situación social”, señala Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas. La última publicación del centro de análisis indica que el acceso de los jóvenes a la vivienda es más difícil desde dos puntos de vista: tienen más problemas que las generaciones mayores y, además, esos problemas son más grandes que nunca en los últimos años.
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