Las casas y los garajes fueron las principales trampas mortales para las víctimas de la devastadora dana que asoló la provincia de Valencia el 29 de octubre. 103 cuerpos sin vida sobre un total de 218 fallecidos fueron hallados en las plantas bajas de las viviendas (68) y en los aparcamientos y sótanos (35), según los registros provisionales del Centro de Integración de Datos (CID). La violenta tromba de agua afectó a numerosas localidades que conservan en su trama urbana casas tradicionales de pueblo en las que las plantas bajas se utilizan como vivienda, y quedaron arrasadas, al igual que buena parte de los comercios. El mayor porcentaje de fallecidos (un 24%) se hallaban en la franja de edad de 80 a 89 años, que suele corresponderse con problemas de movilidad, una de las razones por las que vivían a pie de calle. Casi la mitad de las víctimas tenían más de 70 años.
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