El inconveniente del retraso real de los medicamentos renovadores en España es mayor que el que hasta ahora se dimensionaba. Los informes que se elaboran muestran que entre la aprobación en la Agencia Europea del Fármaco hasta que el Ministerio de Sanidad da el visto bueno pasan, de media, algo más de 500 días. Sin embargo, la comercialización real de la innovación, o lo que es exactamente lo mismo, cuando el paciente recibe realmente el nuevo tratamiento, se dilata aún más. Según los cálculos de fuentes cercanas al proceso, se extiende entre seis meses y un par de años.
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