Un ataque terrorista en una sala de conciertos cerca de Moscú dejó este viernes al menos 133 fallecidos y más de un centenar de heridos de diversa gravedad. Se espera que el número de víctimas pueda aumentar en las próximas horas, ya que los servicios de emergencia continúan trabajando en el lugar del ataque. Rusia ha informado que los atacantes “no son ciudadanos rusos” y que ha detenido a 11 personas mientras investiga el atentado, incluidos cuatro sospechosos de llevar a cabo la peor masacre de los últimos 20 años en el país. El Estado Islámico se ha atribuido su autoría, aunque todavía no está confirmada. Estas son las claves de lo sucedido hasta ahora:
Los terroristas atacaron este viernes la sala de conciertos Crocus City Hall, que forma parte de un gran centro comercial. Allí iba a actuar esa noche el grupo Picnik para cerca de 6.000 espectadores. Antes de que comenzara el concierto, varios terroristas que portaban armas de asalto —según muestran diversos vídeos del ataque— abrieron fuego contra los guardias de seguridad y otras víctimas en la entrada del edificio. En pocos minutos habían llegado al auditorio donde comenzaron a disparar contra los espectadores. Según distintas informaciones, los atacantes también detonaron explosivos y provocaron un incendio. Las autoridades rusas han informado que las víctimas fallecieron por heridas de bala o por las consecuencias del fuego.
Un total de 11 sospechosos han sido detenidos en relación con el atentado, entre ellos “los cuatro terroristas directamente implicados”, según la agencia rusa RIA. El Ministerio del Interior de Rusia ha comunicado que los atacantes “no son ciudadanos rusos” y que ha detenido a los cuatro sospechosos de perpetrar la masacre, además de otras siete personas vinculadas con el ataque.
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