Los debates sobre la financiación autonómica son tan inusuales como encendidos, así como su reforma es urgente y a la vez difícil. Se trata de un tema clave para los barones regionales, que no obstante tienen posturas muy dispares en las que suelen pesar más las peculiaridades de sus territorios que el partido político que representan. Quedó patente a finales de dos mil veintiuno, cuando rechazaron en masa la propuesta de Hacienda para repasar el criterio de población ajustada —población real ponderada según variables demográficas y geográficas—, pero presentando alegaciones muy distintas entre ellas. El ministerio pretendía con esa modificación dar el primer paso para renovar el modelo de financiación, y fuentes gubernamentales confirman que ese documento servirá de base para la futura negociación de la reforma. Mas los territorios prosiguen enrocados en sus posiciones.
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